ANÉCDOTAS MARIA LORETO FUENZALIDA

También recuerdo las caídas de árbol, quedar siempre embarrados, cuando vivían en la parcela de Santa Ana y le sacábamos los envases de sitock fix a mi tío Alejandro para usarlos de barco, nos escondíamos o saltábamos en las camas hasta casi desarmarlas, nos jurábamos voladores, súper héroes, en ese tiempo no existían límites para nuestra mente.

También existieron momentos de seriedad, cuando hablábamos de nuestro futuro, nuestros hijos, nuestros trabajos, sueños y mas sueños...de ahí el nombre de mi hijo, Matías, ya que si se llamaba Eduardo no sabrían a quien de los dos lo estarían llamando, por eso su segundo nombre, ya que nunca estuvo en nuestros planes alejarnos, siempre pensamos que pasaríamos la vida unidos como familia y que nuestros hijos serían tan unidos como nosotros.

Cosas muy buenas pasaron por nuestra vida, nuestra niñez fue más que maravillosa, nuestros momentos siempre llenos de alegría y si alguno no lo fueron, los pasamos juntos, llorando juntos....